El romero
Un buen estimulante del trabajo del estómago y del hígado. Se utiliza en asociación con otras plantas para el tratamiento de la hepatitis y la colecistitis.
LATÍN: Rosmarinus Officinalis
PARTE EMPLEADA: Las hojas, los capítulos florales y, en mucha menor medida, las raíces.
Crece en todos los parajes de la de la Península, prefiriendo las tierras flojas y arenosas. Produce tallos abundantes y hojas numerosas y muy pequeñas. Florece durante la primavera y el verano. Desprende un aroma agradable, que se aprovecha para perfumes.
PROPIEDADES: Estimula el trabajo del estómago y del hígado. Estimulante de los nervios. Favorece la digestión.
INDICACIONES: Falta de apetito debida a debilidad del estómago. Debilidad general y nerviosa, cansancio cerebral. Gases intestinales, congestión del hígado. Retrasos menstruales y menstruaciones escasas y dolorosas. Tonifica la circulación sanguínea. Hipotensión.
El aceite esencial de Romero es antiséptico, hiperimiante y cicatrizante.
PREPARACION Y EMPLEO:
USO INTERNO:
En infusión: Media cucharadita por taza; dos o tres tazas por día. O también a razón de 5-10 gramos por litro de agua.
USO EXTERNO:
En tintura, contra golpes y dolores.
ACEITE ESENCIAL:
Se emplea por vía externa, disuelto en agua y aceite, para gargarizar en caso de afecciones bacterianas de la boca. Por vía interna es un buen antiespasmódico ( 3 o 4 gotas tres o cuatro veces al día).
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