HACIA LA CUMBRE ESPIRITUAL DEL HOMBRE
Por Francisco Nieto
Savia 5
Todos tenemos cierta idea de lo que es más importante en esta vida pero el que se encuentra en el sendero de la espiritualidad tiene muy claro que lo más importante en esta vida no es ser artista, poeta o un gran filosofo, lo importante es la buena voluntad, dignidad y responsabilidad en nuestro trabajo y quehaceres diarios . El anhelo de hacer las cosas bien, el entusiasmo de sentirse satisfecho con nuestras buenas obras cotidianas es la mayor recompensa para los fuertes de corazón y espíritu puro.
Todos los trabajos de la naturaleza son importantes, no hay uno que valga más que otro, todo depende del ánimo y voluntad con que se hagan, podemos escribir una carta o dar un beso con indiferencia o con cariño, podemos hacer nuestro trabajo de mala gana o como si fuera para un ser muy querido nuestro. Todos somos necesarios y valiosos en la evolución del mundo y todos nos ayudamos directa o indirectamente, bien en sentido moral o bien en sentido intelectual. El que construye una cosa diminuta que es parte de algo muy importante, como el inventor del mayor ingenio, son imprescindibles para el desarrollo de la humanidad y cada uno está cumpliendo un compromiso y un designio de su propio destino.
Hay una Ley justa que reparte los bienes y nos brinda oportunidades, el que se esfuerza por ayudar a los demás puede actuar voluntariamente pero también puede que esté cumpliendo su propio destino como deuda a los demás, el que no se da cuenta de la importancia de ayudar a los demás es ignorante de la Ley y tiene más disculpa, pero tanto uno como otro tienen el mismo valor ante Dios. Un grano de arena puede hacer que se derrumbe una pirámide y un trozo de pan puede salvar una vida, cada uno debemos cumplir nuestras obligaciones en nuestro propio nivel pero con una diferencia: "A mayor conocimiento, mayor responsabilidad". El que siembra el grano para nuestro alimento es igual que el que siembra pensamientos y sentimientos espirituales.
Que nadie se avergüence de su trabajo, si pone en él su entusiasmo fecundo, su idea de ayudar a los demás, si lo hace de corazón, su labor es tan importante como cualquier otra ante la Justicia Divina. Nadie es más que nadie y si en algún momento se debe mostrar así una persona, debe hacerlo con su mayor humildad y con el menor orgullo, arrogancia o complejo de superioridad.
Cada uno debe preocuparse de elevar su desarrollo espiritual por todos los medio posibles y no pararse a contemplar las cosas insignificantes con las que estamos en contacto, esas cosas son las que hacen que no aprovechemos todas las oportunidades de desarrollo que nos ponen en nuestro destino.
El dejarse llevar por los malos sentimiento: crear pensamientos negativos y no controlar nuestros impulsos que pueden afectar negativamente a los demás, son el veneno del alma; el que ve a los demás como hermano, el que se esfuerza por ser útil a la humanidad, el que intenta sembrar actos de altruismo, benevolencia y simpatía está engrandeciendo su alma y desarrollando su Luz interior.
Intentemos ser y actuar en todo momento como si fuéramos nuestro verdadero Yo superior mostrando las cualidades espirituales que hemos adquirido a través de nuestra evolución, pero, sobre todo, debemos se comprensivos y tolerantes con los demás: ¡recordad! "No hagáis a otros lo que no queréis que os hagan a vosotros porque, lo que sembréis cosechareis.
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