Dr. Alfred Vogel, Pequeño Gran Doctor
Un gran naturista del siglo XX
Savia 12
Hijo de un peluquero que también le gustaba la jardinería y la horticultura, el Dr. Vogel nació el día 26 de Octubre de 1.902 en Aesch, un pueblecito de Suiza muy cerca de Basilea.
Su padre, junto con la sabiduría de su abuela (la que llegó a vivir 103 años), le abrió a muchas cosas hermosas dentro de los secretos de la creación.
Desde muy temprana edad experimentó que las plantas poseían propiedades curativas. Según nos cuenta él mismo: "Si corriendo descalzo me hería con un cristal o con un clavo oxidado, eran la sanícula del bosque y la malva de detrás del cobertizo de madera, las que machacadas y debidamente aplicadas, arreglaban adecuadamente el daño causado.
En aquellos tiempos ni siquiera se imaginaba que sus experiencias con las plantas medicinales influirían de una manera tan decisiva, en el futuro, en su vida profesional. En efecto, el Dr. Alfred Vogel se convirtió más tarde en un auténtico pionero en la investigación sobre las propiedades curativas de las plantas medicinales.
En 1.929 publicó su propia revista Gesundheits-Nachrichten (Noticias de la Salud), que en principio se llamaba Das neue leben (La nueva vida), y se en concentró preparar productos a base de plantas medicinales frescas, ya que había observado que así conservaban mucho mejor su fuerza terapéutica.
Al principio solo pensaba en producir para sus propios pacientes, pero más tarde sus productos fueron demandados por las herboristeriís y casas de régimen de los alrededores. Hoy día sus productos son conocidos por todas las herboristerías del mundo y su marca es garantía de calidad.
En 1.952 publica El pequeño Doctor, que se ha convertido en un clásico de los libros naturistas. En el libro Vogel explica multitud de remedios tradicionales y caseros y, para los que no tienen tiempo de prepararlos, recomienda sus productos , ya elaborados, de los cuales da amplia información. No hay mal que no encuentre solución en las páginas de este estupendo libro.
Defensor de la dieta vegetariana, explica que no se hizo vegetariano por estar enfermo, sino porque vio que no era necesario matar animales para subsistir sin problema alguno. Además comprobó en multitud de enfermos que la dieta vegetariana purifica el cuerpo... y el espíritu.
Tenía profundas raíces religiosas: era un creyente cristiano sin hipocresías: "es muy sencillo, no matarás", decía. Este pensamiento sincero le llevó a amar durante toda su vida a la naturaleza, a las plantas, a los animales, al hombre y, sobre todo, con un profundo respeto, al Creador. Amor que consideró el secreto de su infatigable energía y el mayor impulso o fuerza existente en el Universo.
No cabe ninguna duda de que con su muerte -ocurrida el 1-10-1996- perdimos uno de los mejores naturistas e investigadores de las plantas medicinales del siglo XX.
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